¡Hola Deportistudiantes!
Hace unos días uno de vosotros me escribió a través de este blog, para pedirme que explique cómo compagino yo los deportes con los estudios. Primero de todo, agradecer que me hagáis sugerencias sobre qué os gustaría que publique, puesto que a mí me ayuda mucho a cumplir mi objetivo con este blog.
Aunque es cierto que no soy perfecta para nada en este aspecto, tengo bastante práctica, así que he decidido compartir algunos tips que a mí personalmente me han ayudado a lo largo de los años a no bajar las notas sin importar cuántas competiciones o entrenamientos tenga esa semana o ese mes.

Imagen de Filou Europe (2023).
Empezaré por el consejo que, en mi opinión, es el más importante.
1. Pide ayuda siempre que la necesites.
Primero de todo, he de admitir que en la gran mayoría de los casos la ayuda no será muy significativa, tenéis que intentarlo. Hay veces, en temporada de competiciones o partidos, que llegar a todas las entregas se hace muy difícil.
En lugar de pasar por agobios y mucho estrés, intentad tener una conversación con vuestros profesores. Exponed vuestra situación y pedid lo que necesitéis. Por supuesto, la propuesta deberá ser razonable, pero en muchos casos a los profesores no les importa retrasar la entrega de un proyecto que no hubiera mucho tiempo para hacer.
Yo personalmente puedo ser muy vergonzosa, por lo que pedir ayuda en ocasiones me cuesta. Pero debéis pensar que si no intentáis pedir ayuda, nunca la vais a poder recibir. ¡Por supuesto, esto se aplica a pedir apuntes o ayuda a tus compañeros!
2. Presta atención en clase.
Esto va a sonar obvio, y sé que no es nada nuevo. Sin embargo, debo recalcar que si de veras uno presta atención a lo que dice el profesor, va a estar suficientemente familiarizado con la información cuando empiece a estudiar como para memorizarlo rápido. Además, en asignaturas como física y química, en las que los conceptos son importantes, prestar atención hará que no tengáis que buscar recursos que os expliquen el temario, y por tanto necesitaréis emplear menos tiempo en entenderlo: podréis pasar directamente a estudiar.
Es más, en muchos casos los profesores dan consejos sobre cómo estudiar ciertas partes del temario, o pistas sobre qué contenidos habrá en el examen. Todo esto puede ahorrar tiempo al estudiar, además de mejorar las notas.
Por último, los profesores serán más comprensivos y estarán dispuestos a prestarte más ayudas si muestras interés por su clase, actúas respetuosamente y escuchas detenidamente la clase. Por tanto, prestar atención en clase es algo que no requiere tiempo fuera del horario lectivo, y por consiguiente no quita tiempo al deporte, y al mismo tiempo es muy beneficioso.
3. Usa una agenda para planificar.
Este tip me fue especialmente útil para una semana de exámenes importantes que tuve en enero. Aparte de hacerte una lista con las cosas que tienes que hacer ese día, ten una agenda o un calendario donde rápidamente puedas visualizar qué tienes que hacer esa semana, o ese mes. ¿Qué competiciones y entrenamientos tienes? ¿Tienes citas médicas, reuniones familiares o algún otro plan?
El uso de una agenda o calendario hará que estas preguntas sean muy rápidas y fáciles de responder, ahorrándote tiempo. Así, puedes ver cuándo tienes tiempo libre para estudiar y en qué semanas o días vas a tener que sacar tiempo porque tienes más cosas que hacer.
Personalmente, este truco también ayuda a sentir que llevas todo al día. A mí tener mi agenda me da la tranquilidad de que no se me está escapando u olvidando nada, y una vez me he planificado las sesiones de estudio y las he apuntado, sé que me va a dar tiempo a todo si cumplo con lo planeado. Desde mi experiencia esto da una tranquilidad valiosa y necesaria para luego dormir, entrenar y descansar sin estar preocupada sobre los estudios, y sin sentir remordimiento por no estar dedicando ese tiempo a los estudios.
4. Aísla el deporte del estudio
Para un mejor rendimiento, creo que lo mejor es separar estos dos aspectos de nuestras vidas. Esto significa que, en un entrenamiento, evito conscientemente pensar en las notas, las tareas que tengo pendientes, o todo lo que tenga que ver con los estudios. Del mismo modo, mientras estudio no pienso en las competiciones que se aproximan, en cómo me han ido los entrenamientos esa semana, o cualquier cosa que guarde relación con el deporte.
De esta manera, puedo concentrarme mejor en lo que estoy haciendo y evitar distracciones. Además, así estoy conscientemente pensando en concentrarme, lo cual suele hacer que ponga más atención en lo que estoy haciendo, y consiga lo que me propongo más rápido.
Así además si has tenido un mal día en cuanto a estudios, sabes que en los entrenamientos no vas a tener que enfrentarte a las emociones que hayas sentido al pensar en el colegio, instituto o universidad ese día, puesto que ya has aprendido que no puedes pensar en una cosa mientras haces otra. De esta manera, el deporte sólo es afectado por cosas relacionadas con el deporte, y lo académico como por otras relacionadas con lo académico. Esto puede ser más ventajoso de lo que muchos podréis pensar en un principio.
5. Encuentra un método de estudio que te funcione.
A lo largo de los años, he probado varios métodos de estudio. Algunos me han funcionado, y otros no tanto.
Lo más importante para mí es personalizar mis métodos de estudio de acuerdo a mis capacidades, el peso de esa nota sobre la nota final y el tiempo que dispongo para aprender y entender los contenidos. Además, me he dado cuenta de lo importante que es adaptar tu forma de estudiar a cada asignatura. Hay personas que estudian biología de la misma manera que estudian física y química, o historia de la misma manera que literatura.
Esto me parece un error muy básico y fácil de editar, puesto que hay que adaptar el estudio al formato típico de examen de la asignatura.
Tengo planeado hacer varios post sobre cómo estudio yo personalmente cada asignatura, y según los vaya publicando los meteré en una carpeta dentro de mi blog, para facilitaros el acceso.
Espero que os haya gustado este post, y que sobre todo que os haya servido.
Hasta la próxima.
Cayetana.